10 de octubre – Masacre de Rincón Bomba

En octubre de 1947 cientos de familias de Comunidades Pilagá volvían de trabajar en los ingenios azucareros. Luego de haber sido estafadas por el ingenio San Martín del Tabacal, de Patrón Costas, en Salta, se reunieron en La Bomba, a pasos de Las Lomitas, Formosa, y a escasos metros del Escuadrón 18 de Gendarmería Nacional, para orar, cantar, realizar rituales de sanación y otras actividades junto al Pi’ogonaq -guía espiritual y encargado de la salud- Luciano, quien había tenido la inspiración de reunir a la gente de su Pueblo.

Las familias se hallaban en una situación humana desesperante luego de haber sido expulsadas del ingenio y haber regresado a pie hasta Formosa, hambreados y agotados. Allí permanecieron varios días mientras desarrollaban debates religiosos y políticos en absoluta paz. Sin embargo, los intereses del momento no tardaron en manifestarse.

Durante principios de octubre de 1947, la gendarmería intentó desalojar el lugar. El 10 de ese mes, efectivos de la fuerza federal dispararon con fusiles y ametralladoras pesadas contra la multitud. Entre el 10 y el 30 de octubre hubo más de 500 muertos y alrededor de 200 desaparecidos.

La persecución y matanza de las familias en el monte se extendió, con alevosía, durante varias semanas. Muchos murieron, conforme pasaban los días, debido a las heridas, la sed, el hambre y a fusilamientos dispersos.

Durante la segunda mitad del mes de octubre se multiplicaron las capturas, violaciones y asesinatos, no solo a adultos sino también a niños. Las noticias falsas de la época hablaban de “levantamiento Indígena”, “malón indio atacando y asaltando al pueblo de Las Lomitas”, algunas los acusaban de usar armas de fuego. Esto motivó, incluso, la colaboración de otras dependencias militares de la Nación.

Luego de ser capturadas las últimas familias, las redujeron a labores rurales en peores condiciones que antes y sus territorios fueron masivamente ocupados. Desde ese momento, y por muchos años, reinó el ocultamiento de estos oscuros hechos ocurridos en Argentina.

Las Comunidades, nucleadas en la Federación Pilagá y cuyos antepasados resultaron víctimas, hicieron una presentación judicial en el Juzgado Federal Nº 1 de Formosa, en 2005, y sindica a la Gendarmería Nacional como ejecutora de la matanza.

En el mes de julio de 2019 el juez federal Fernando Carbajal sentenció que este hecho se trató de un “delito de lesa humanidad” y ordenó medidas de reparación hacia el Pueblo Pilagá, ordenando al Estado Nacional invertir en las obras que soliciten las Comunidades, otorgar becas estudiantiles por diez años, fijar la fecha de la masacre en el calendario escolar y construir un monumento recordatorio, entre otras disposiciones.

Las medias de reparación que no llegan…

La Federación de Comunidades del Pueblo Pilagá continúa buscando que se cumpla la sentencia que obliga al Estado Nacional a tomar medidas de reparación por la Masacre.  Noolé Cipriana Palomo, presidenta del Consejo de Mujeres de la Federación del Pueblo Pilagá y en representación de más de doscientas Comunidades, viajó en el mes de mayo a Buenos Aires para demandar al Estado nacional el cumplimiento de la sentencia. En esa oportunidad, junto a Paula Alvarado Mamani, representante legal de la Federación de Comunidades Indígenas del Pueblo Pilagá, mantuvieron una reunión con la, en ese momento, presidenta del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI), Magdalena Odarda, a quien le reiteraron la solicitud para que el 10 de octubre sea considerado como día de la “Memoria por el genocidio indígena de la Masacre de Rincón Bomba”.

“Es necesario visibilizar el estado de la causa de Rincón Bomba y que se apoye la institucionalización del día de la masacre en el calendario escolar para que en las escuelas se pueda aprender esa historia. Este camino de visibilización nos costó mucho”, dijo Palomo en ese momento.

 En dicho viaje también reiteró la necesidad de continuar con la entrega de las personerías jurídicas de las Comunidades y que se concluya el relevamiento territorial de manera urgente, ya que, denunció, los territorios indígenas siguen siendo usurpados en la actualidad.

La Masacre de Rincón Bomba se constituye como uno de los crímenes de lesa humanidad más ocultos por la historia oficial cometidos contras los Pueblos Indígenas en la Argentina del siglo XX.

El Pueblo Pilagá no olvida y continúa exigiendo una justicia total.

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