Manuel Belgrano reconoció la identidad y la legítima necesidad de autodeterminación y libertad de los Pueblos Indígenas. Estuvieron en un lugar importante de la organización social y política que concibió, basándose en el respeto a sus culturas y pensando una nación pluriétnica y multicultural.
Esta visión de república se ve reflejada en el Reglamento para el Régimen Político y Administrativo y Reforma de los 30 Pueblos de las Misiones, redactado por Belgrano en el campamento de Tacuarí, en 1810. Se solicitó, además, que el Reglamento ̶ que les restituía sus derechos de libertad, propiedad y seguridad ̶ fuera traducido al idioma Guaraní, para que todos “los naturales” lo entendieran.
Belgrano también fue un precursor en temas ambientales. Como secretario del Consulado de Buenos Aires en el Virreinato del Río del Plata, recomendaba forestar destacando “la importancia de los árboles como reguladores del agua y también para mitigar climas”.