5 de diciembre de 1884 – Persecución y sometimiento a los Pueblos Indígenas del Gran Chaco por el gobierno de Julio Argentino Roca

Entre 1870 y fines de la década de 1930, los territorios y los Pueblos Indígenas del Gran Chaco sufrieron un proceso de sometimiento y opresión a manos del Estado. Este período de violencia y persecución afectó gravemente a los Pueblos Qom, Pilagá, Wichí, Mocoví, Nivačle, Tonocoté, Chané y Tapieté.

Mientras los diarios de la época proclamaban que “la civilización avanza”, celebrando lo que llamaban “expansión de la frontera”, los Pueblos Indígenas experimentaban la muerte y la destrucción. El Estado empleó al ejército para ocupar territorios indígenas, despojando a las Comunidades de sus tierras ancestrales. Estas fueron entregadas a terratenientes, empresas extranjeras y colonos, consolidando un modelo económico basado en la agroexportación. Numerosos integrantes de los Pueblos Indígenas fueron explotados como mano de obra barata en estancias.

La violencia y la explotación fueron acompañadas de una perversa propaganda política que deslegitimaba a los Pueblos Indígenas, presentándolos como “salvajes”. Esta narrativa racista justificaba las campañas militares como un “deber patriótico”.

Hoy, más de ciento cincuenta años después, el silencio del Gran Chaco sigue cargado de historias. Los Pueblos Indígenas continúan resistiendo, mantienen vivas sus culturas y tradiciones con la fuerza de sus ancestros. En sus cantos aún resuenan las palabras de quienes se enfrentaron a un ejército que quiso borrarlos.

En la actualidad siguen luchando por el cumplimiento de sus derechos -ya reconocidos- territoriales y culturales. Aunque lograron algunos avances legales, el proceso de reparación histórica es lento y enfrenta continuas trabas. Las políticas actuales se sustentan en una visión similar a la de aquella época. Es fundamental seguir cuestionando la narrativa oficial y escuchar las voces indígenas que históricamente fueron silenciadas.

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