Cada 5 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Mujer Indígena en honor a la aguerrida lideresa Aymara Bartolina Sisa, quien lideró una importante rebelión Aymara-Quechua contra la explotación y abuso de los conquistadores españoles en el Alto Perú, alrededor de 1780.
Esta fecha se estableció durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América realizado en 1983 en Tihuanacu, Bolivia.
Desde entonces, cada año, se evocan los esfuerzos y la resistencia de las mujeres indígenas por la sobrevivencia de sus Pueblos y su participación activa ante el avasallamiento de sectores que solamente buscan el progreso económico y tecnológico en deterioro de sus valores culturales y tradiciones.
Ancestralmente las mujeres indígenas han sido grandes defensoras de sus Comunidades y cuidadoras de la cultura, conocimientos e idiomas. En Latinoamérica lideran activamente, sin miedo, la defensa de sus territorios contra la megaminería, las petroleras, el sistema agroindustrial, las megarrepresas y el narcotráfico.
Ana María Nahuelfil, del Pueblo Mapuche expresa:
“Las Mujeres Indígenas tenemos un rol comunitario, integral y colectivo como cuidadoras de los Bienes Comunes, guardianas del conocimiento, defensoras de la tierra y de la reivindicación de los derechos de los Pueblos Indígenas en todo el mundo.
Los conocimientos son transmitidos por las mujeres mayores, quienes son consideradas sabias y, en algunos lugares, hay mujeres que son Lonko, cabeza de Comunidades, por su sabiduría y por su vivencia del Ser Mapuche.
Muchas Comunidades son actualmente guiadas por mujeres, eso es un gran avance, son las que cuidan y fortalecen los Rewe”.
Ayelen Ñanco del Lof Aigo, Ruca Choroy, en Neuquén, reflexiona:
Las Mujeres Indígenas tenemos una profunda conexión con la tierra y la cultura ancestral. Nos sentimos orgullosas de tener esta identidad que nos fortalece. Últimamente hemos demostrado esa fortaleza.
Históricamente hemos afrontado discriminación, opresión y violencias; sin embargo, hemos demostrado nobleza, capacidad de resistir y adaptarnos también, preservando las culturas y tradiciones. Es importante destacar la experiencia de ser Mujer Indígena para que podamos ser valorizadas y respetadas.
Como mujeres cumplimos un desafío enorme, sin perder nuestros derechos, identidades ni raíces, asumiendo roles importantes”.