“Mi abuela, Lorenza  Molina, nos contaba lo que pasó. Ella vio todo lo que pasó”

Así relató Matilde Romualdo, con profunda congoja, su historia familiar en el marco de las audiencias del Juicio por la Verdad. Una historia que la marcó para toda su vida.  “Ella disparó (corrió), por eso se salvó”, contó Matilde.


Matilde Romualdo brindó un testimonio clave.

La cuarta jornada, cargada de sentimientos encontrados, se desarrolló en la localidad de Machagai, este 3 de mayo, con declaraciones y testimonios claves de descendientes de sobrevivientes del genocidio. Por un lado, se sintió el alivio de contar la verdad y por otro, el miedo -todavía reinante-, el terror de solo pensar en este hecho tan penoso para los sentimientos de los Pueblos Qom y Mocoví. También declararon investigadores indígenas, quienes aportaron documentación histórica decisiva para el conocimiento y acercamiento a los hechos del 19 de julio de 1924.

El juicio oral y público por la Masacre de Napalpí, que comenzó el 19 de abril en Resistencia con la Secretaría de Derechos Humanos y Géneros del Chaco y el Instituto del Aborigen del Chaco como querellantes, se desarrolló en la Casa de las Culturas, para que quienes declararan tengan mejor acceso por su cercanía a las Comunidades y así seguir conociendo testimonios fundamentales para comprender la dimensión de este trágico hecho de lesa humanidad.

En sus expresiones, los descendientes de sobrevivientes de la Masacre, Matilde y Salustiano Romualdo, Sabino Irigoyen (hijo de Melitona Enrique), Cristina Gómez, Lucía Pereira, Cristian Enríquez y Guillermo Ortega, brindaron crudos relatos que fueron transmitidos mediante la oralidad en sus familias.

La audiencia número 4 permitió conocer más voces, todas coincidentes entre sí.

“Las Comunidades no tenían un lugar seguro, se trasladaban de un lugar a otro. El territorio antes de la llegada de los criollos, era libre”, comenzó relatando Salustiano Romualdo.

Sobre la referencia en espacio detalló, “era un lugar donde estaban todos, por eso allí ocurrió la masacre. Niños y mujeres fueron masacrados y enterrados. Nosotros somos sobrevivientes, para conocer la historia de Napalpí seguimos estando nosotros”, aseguró.

Salustiano Romualdo

Por su parte, Sabino Irigoyen contó, “ellos hacían trabajos forzados, con mucho sacrificio. Eran esclavizados, por eso hicieron el reclamo, para que hubiera aumento por su trabajo. Los supervisores no estaban de acuerdo con ese reclamo, les decían que sigan trabajando mediante amenazas. Antes de la masacre, sorprendió un avión que sobrevolaba la zona y un día se sorprendieron con los disparos y salieron corriendo hacia el monte. A los sobrevivientes les pusieron en el brazo un trapo blanco como señal de que seguirían conformes con las condiciones de trabajo y le dieron un mensaje: de que todos los hechos no se los cuenten a nadie, si no les iban a matar también junto a sus familias”. Con esta descripción hecha por Irigoyen coincidieron prácticamente todos.

Además, dieron su testimonio los investigadores indígenas Qom y Mocoví, Raúl Fernández, Raquel Esquivel, Gustavo Gómez, Viviana Notagay, Juan Carlos Martínez y Florencio Ruiz; quienes a través de su trabajo reconstruyeron cómo funcionó la reducción Napalpí, el contexto histórico de la masacre y de otros hechos similares.

Raúl Fernández es docente intercultural bilingüe del Pueblo Qom, presidente de la Asociación Civil Huaxarenaq y coautor, junto con Juan Chico, del libro “La Voz de la Sangre”, con testimonios de víctimas y documentación de la época. Luego de proponer un minuto de silencio en homenaje a su compañero de camino –Chico- y a las víctimas, Fernández remarcó la importancia de los “testimonios orales de los abuelos, que fueron las únicas fuentes de reconstrucción de la masacre”.

Miriam Esquivel, auxiliar docente y profesora en ciencias políticas, trabajó en el registro de relatos de sobrevivientes y familiares. Comentó que los relatos coinciden en la presencia de un avión sobrevolando la zona, sobrevivientes que estuvieron más de un mes internados en el monte, escondidos y los muertos que fueron sepultados en fosas comunes. Afirmó que aún en la actualidad existe la discriminan por el color, por la pertenencia Indígena, “eso sigue latente hasta hoy”, aseguró.

“El único responsable fue el Estado, junto con los terratenientes de la zona decidieron el exterminio sistemático de nuestros hermanos…”, sostuvo Gustavo Gómez, docente Indígena.

“Como consecuencia de la masacre, no pudimos aprender nuestra lengua materna”, se lamentó Viviana Notagay hacia el final, realizando una asociación directa con el temor de los abuelos de que sus familias hablaran el idioma.

“A falta de responsables con vida, el Juicio por la Verdad aparece como el medio adecuado para garantizar los derechos a la verdad, a una reparación integral y a la no repetición de atropellos contra los derechos humanos como este”, precisó la secretaria de Derechos Humanos y Géneros, Silvana Pérez. Además de su participación como querellante, el organismo realiza el abordaje psicológico del proceso con acompañamiento constante a quienes prestan sus declaraciones.

Esta audiencia, al igual que las siguientes, contó con el apoyo de Comunidades Indígenas y agrupaciones de Derechos Humanos, como así también de público en general, lo que la convierte en un hecho histórico de revalorización del mundo Indígena.  

Comunidades Indígenas y organizaciones de Derechos Humanos acompañaron la audiencia.

“Este es el comienzo de una nueva historia”

Expresó a Gajos Victorio Ramírez, miembro del Pueblo Qom, quien ofició de intérprete de la Lengua Qom a varios testimoniales. “A mí me fortalece mucho acompañar a nuestros ancianos, me da orgullo y alegría poder estar siendo intérprete en nuestro idioma y presentar con ellos la transmisión de esta historia. Nuestros ancianos son una biblioteca abierta, son nuestra memoria viva”, sostuvo.

“Son momentos muy reflexivos para nosotros. Contar lo que nunca fue contado también hace muchísimo daño. Hemos nacido y vivido en esta colonia que es Colonia Aborigen”, aseguró, y añadió, “desde ahora es una nueva historia que comienza, nosotros queremos que se conozca la verdad de lo que fue la Masacre de Napalpí y por qué sucedió. Queremos una verdadera justicia”, finalizó Ramírez.

Las próximas audiencias:

El 10 de mayo el Juzgado se trasladará al Centro Cultural Haroldo Conti, ubicado en el espacio por la Memoria de la ex ESMA de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Declararán los investigadores Marcelo Musante, Nicolás Iñigo Carrera, Jorge Ubertalli, Lena Dávila, Alejandro Covello, Alejandra Aragón y Eva Nazar Gaulo.

El 12 de mayo, también en Buenos Aires, declararán Silvina Turner, Valeria Mapelman, Carlos Salamanca, Héctor Trinchero, Mariano Nagy, Diana Lenton y Eugenio Zaffaroni.

Finalmente, el 19 de mayo, se llevarán a cabo los alegatos de la Fiscalía y las querellas en la Casa de las Culturas de Resistencia, provincia de Chaco.

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